Aquí se ha construido un moderno cobertizo de jardín como prolongación de la valla, adaptado perfectamente a la situación del lugar y con un diseño deliberadamente sencillo. La puerta corredera extra ancha, con una abertura de 1,40 m, facilita considerablemente el acceso en el día a día, especialmente con aparatos voluminosos o muebles de jardín. El acristalamiento ESG integrado permite que entre la luz del día en el interior sin que la parte frontal resulte inquietante. El resultado es un cierre limpio a lo largo del límite de la propiedad: funcional como espacio de almacenamiento y, al mismo tiempo, como protección visual, y lo suficientemente discreto como para integrarse armoniosamente junto al gran techo del garaje, que sobresale ampliamente.
El valor añadido no solo se crea en el interior, sino sobre todo delante: cuando el cobertizo de jardín y la protección visual prolongan de forma sensata la línea de la valla, la zona delante de ella se puede utilizar de forma más generosa. En la práctica, este espacio libre vale su peso en oro: se puede aparcar algo rápidamente, reorganizar, coger herramientas, mover cubos de basura o bicicletas sin que resulte incómodo. Gracias a sus líneas claras, la solución da una impresión de orden y «unidad», en lugar de parecer un añadido posterior. Así, el proyecto combina espacio de almacenamiento, protección visual y funcionalidad cotidiana en un efecto global moderno y sobrio.
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